OVNIS Y CURACIONES INEXPLICABLES
La historia "no convencional" del siglo XX corre el riesgo de diluirse en poco tiempo más enfrentando el sopor y la indiferencia fomentados por factores de poder variadísimos que han aprovechado y sacado el rédito correspondiente ante la pasividad de las nuevas generaciones, encandiladas por las posibilidades aportadas por Internet, los casi mágicos celulares y demás artilugios modernos, las"redes sociales" y el resto de la parafernalia que a un ritmo de reproducción secuencial ha relegado lo vinculado a las "manifestaciones no convencionales" -desde los OVNIS hasta lo paranormal- a un discreto y silencioso olvido, rescatado aisladamente por la coherencia de un ufólogo experimentado o alguna página web que hasta resulta trabajoso localizar y cuya creatividad y propuestas constituyen un hecho aislado e ignoto, entre la maraña selvática de información improductiva que nos ha invadido impunemente.Con las religiones ocurre otro tanto, algunas olvidando dogmas sagrados milenarios buscando adaptarse a los nuevos viejos tiempos de lo °nacional y popular" y asociándose a la diabólica tilinguería política.
La inclusión del libro "UFO Healings" en el catálogo Halbrane constituye un ejemplo de lo que viene ocurriendo y agudizándose a paso redoblado en la últimas décadas, pero que parece inadvertido,disparatado y por lo tanto rechazable.Al mismo tiempo,la propuesta bibliográfica, reactualiza la temática del "curanderismo" y el "chamamismo" que, durante el siglo pasado, produjo personajes que acapararon la atención de ciertos medios informativos y de un puñado de científicos aislados y solitarios atraídos por las insólitas circunstancias que rodeaban el accionar de estos personajes.
Dos casos todavía recordados fueron el del Zé Arigó en Brasil y Pachita Guerrero en México.¿Qué quedó de esas increíbles curaciones, tratamientos, intervenciones quirúrgicas "paranormales" o "espirituales" que maravillaban o provocaban oleadas de críticas. escepticismo y hasta indignación en aquellos años 60 y 70? Brasil continuó presentando con el tiempo docenas de personajes "curanderiles" que afirmaban ser los medios a través de los que el Dr. Fritz, supuesto médico alemán fallecido en 1918, había "poseído" en su momento al Zé Arigó y ahora continuaba "desde el más allá" su noble tarea de recuperar enfermos condenados a una muerte segura dado las limitaciones de la medicina moderna.Por su parte, uno de los hijos de Pachita, Enrique, siguió el derrotero de su madre hasta que una afección cardiovascular terminó con su vida en 2012.Todavía se polemiza sobre quién será el humano que reciba el espíritu de Cuauhtémoc, último emperador azteca, conocido como "el hermanito"y a quien se le atribuían las "milagrosas" operaciones de Pachita y del propio Enrique.
Sin embargo, la tecnología del siglo XXI no deja de sorprender; ahora, paradójicamente, permite un "contacto" y "curación" a distancia.Lo que hace más de 50 años los chamanes mexicanos aseguraban realizar en horas nocturnas y a un nivel mental en cualquier lugar del planeta, ahora grupos de sanación espiritual con ingente actividad en Brasil y Chile reeditan en nuestros días mediante el correo convencional, el correo electrónico y otras formas de comunicación y contacto.Se requieren los datos personales del enfermo y se le asigna día y hora para la "intervención quirúrgica" -en caso de ser necesario- lo que aproxima la actividad "sanadora" al nivel del milagro.¿Quienes serían los "médicos" capaces de materializar semejantes proezas? La explicación resulta tan poco clara como en los años de Pachita o Arigó: seres espirituales invocados por médiums brasileños pertenecientes a los grupos de curación que, cumpliendo instrucciones previas suministradas por mensajes o cartas a los pacientes, emplearían una suerte de poder divino para provocar la recuperación de la salud del enfermo en una noche y horas determinadas, donde previo cumplimiento de ciertos requerimientos básicos, casi ritualísticos, esos espíritus superiores cristalizarían su milagrosa actividad sanadora.
En Brasil,el grupo de sanación espiritual Dr. Fritz o los Monjes Espíritas Tupyara son ejemplos actuales de una ingente actividad que resulta tan enigmática como las manifestaciones de otras épocas.Acusaciones de fraude o estafa, fe incrementada por resultados alentadores que incrementan una polémica donde ni creyentes ni escépticos parecen encontrar un punto de acuerdo.
Dicen sus biógrafos que Arigó comenzó desde muy pequeño, cuando misteriosas esferas de luz, donde él creía ver rostros humanos, solían cruzarse en su camino, allá por los años 40.Voces casi proféticas saturaban su psiquismo y visiones de seres humanos brillando en las paredes de las habitaciones fueron los antecedentes que preanunciaban la llegada del Dr Fritz, el supuesto médico alemán que controlaba al médium brasileño y que era quien recetaba y operaba a los pacientes de Arigó.
Este gran misterio de las curaciones inexplicables, la cirugía psíquica, lo espiritual, numinoso o la secuela de milagros que tienen sus efectos sobre la salud humana, inevitablemente nos hacen pensar que figuras religiosas como el caso de las apariciones marianas, el chamamismo y la mediumnidad de los curanderos junto a manifestaciones ufológicas de "healing" conforman un universo tan extraño, insólito, incomprensible y ubicado más allá del nivel actual de conciencia humana que provoca que no descartemos en absoluto que un mecanismo o sistema de control, parafraseando a Vallée, decida a través de esos factores misteriosos para nosotros el futuro de cada ser humano, tanto a nivel individual como colectivo, algo así como si nuestra especie continuara representando y reciclando en el siglo XXI a millones y millones de "Jobs biblicos".Job, un hombre de fe, creyente, castigado,arruinado, azotado y exculpado por el mismísimo Creador en la alambicada interpretación junguiana,un Dios deseoso de lograr más conciencia y discernimiento interpretando cómo actúa y obra la criatura manufacturada como fruto de su voluntad y tal vez incluso de su propia necesidad.A veces sorprende la manera en que la especie humana obra con los animales: los amamos y cuidamos, curamos, alimentamos, pero también manifestamos un odio infernal cuando los castigamos, cazamos o matamos a tiros, pedradas, mazazos, o como sea ¿por qué un nivel de conciencia superior tiene que resultarnos comprensible o lógico, coherente o equilibrado?¿Nos entienden los animales o nosotros los entendemos a ellos?¿Somos acaso piezas de un ajedrez fatal, la vida,la propia existencia, donde nadie no solo no decide su futuro sino que resulta un elemento que se utiliza para lograr determinados resultados,a veces para nosotros buenos, a veces para nosotros malos de los que no tenemos ni la menor idea?¿Son las curaciones que no tienen explicación una manifestación más de ciertas necesidades de ese poder y por eso se producen más allá del propio accionar y discernimiento humanos?